De camino a las montañas, hemos llegado a Gésera en el valle del Guarga.
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| Gésera, casa del maestro y casa Lopez. |
Nosotros vamos a atravesar el valle hasta alcanzar la Sierra de Portiello, detrás de ella se encuentra otro Valle, el del río Basa, nuestro destino.
Cruzamos el Guarga por el puente de la carretera, lástima que
no podamos hacerlo por el antiguo puente colgante.
Enfrente mismo sale la senda de gran recorrido GR-16, con
marcas rojiblancas que seguiremos hasta Yebra de Basa. Está mal señalizada, en
algunos puntos es incluso perdedora, pero entre unas pocas marcas y el track de
G.P.S. llegaremos cómodamente a destino.
Tras unas cuantas vueltas y algún repecho, a lo lejos divisamos el tejado rojo de una gran nave para ganado, debemos pasar por ella. Desde ahí seguiremos por la pequeña carretera que sube a Castillo de Guarga. Este lugar se encuentra habitado a medias ya que todo el conjunto de edificios forman una sola explotación ganadera y dos casas nuevas que se ven, no sé muy bien si corresponden a una familia o a más.
Tras unas cuantas vueltas y algún repecho, a lo lejos divisamos el tejado rojo de una gran nave para ganado, debemos pasar por ella. Desde ahí seguiremos por la pequeña carretera que sube a Castillo de Guarga. Este lugar se encuentra habitado a medias ya que todo el conjunto de edificios forman una sola explotación ganadera y dos casas nuevas que se ven, no sé muy bien si corresponden a una familia o a más.
Unas piedras colocadas en semicírculo, que corresponderían al arranque del ábside, es lo que queda de su iglesia románica dedicada a San Martín. Bueno, lo que queda aquí (siguiendo a nuestro admirado maestro A. García Omedes) porque aparte de lo que pueda haber desaparecido, en Sallent de Gállego tienen trasplantada como adorno de una plaza parte de la portada y en Sabiñánigo podemos contemplar el ventanal aspillerado que poseía el ábside.
Después de ser escrutados hasta la exageración por todo el variopinto ganado que nos rodeaba, salimos del lugar por una pista en dirección norte, el camino sigue siendo GR-16 pero apenas se ven marcas, no obstante aquí no hay pérdida ya que la pista no tiene ningún desvío. El tramo se hace un poco largo hasta coronar el alto de Santo Tornil.
Precioso espectáculo, al norte los Pirineos nevados, al sur Guara nevado.
Como es normal en los collados, el viento impide que podamos relajar por un momento la tensión de una subida sostenida y debemos posponer hasta descender unos metros esa parada que tanto estábamos esperando.
En este punto, una oportuna señal indica el cruce de caminos y dejamos la pista para continuar ya en descenso por senda, preciosa, sombría y con el murmullo continuo del agua que va manando por aquí y por allá para formar poco a poco un copioso barranco que nos acompañará casi hasta el final del recorrido.
Llegamos a un pequeño refugio forestal en muy buenas condiciones con mesa y bancos para descansar y a partir de aquí volvemos a andar por pista. Al fondo se ven las paredes de Santa Orosia podemos divisar incluso el blanco de alguna de las ermitas, hacia ellas vamos. Aquellos hombres del siglo VIII ¿también podrían reconocerlas o ignoraban su existencia? No tengo muy claro que este sea el camino que se usaba en la alta edad media entre Osca y los antiguos pueblos de la montaña lo único evidente es que los desniveles y distancias son los más ajustados.
Damos vista por fin a Ballibasa. Se divisa Yebra
y hacia el oeste las grandes montañas nevadas del Pirineo con Collarada como punto más alto, desde esta perspectiva.
Nos acercamos a Yebra y tras cruzar el río Basa que baja con bastante caudal, llegamos a la villa, a la vista de su recién restaurada iglesia de San Lorenzo acabamos esta travesía.
El track de la ruta esta aquí
Pero…. ¡Tachaaannn!
Sorpresa!!!, no podemos dar aún por terminada la etapa. Según nos informó José Miguel Navarro, comentando una entrada del blog de Enrique se dice que cuando el Santo Grial salió de Osca buscando cobijo en las montañas, sus portadores, descansaron una noche en el valle del Basa, en un monasterio casi desaparecido pero que en la alta edad media fue grande e importante, se trata de Santa María de Ballarán, en las cercanías de San Julián de Basa así que allí vamos a ir después de descansar.
Tomamos la carretera hacia San Julian. Nada más pasar el pueblo, una pista a la derecha, cruza el rio y empieza a remontar, nos dirigimos de nuevo hacia la sierra de Portiello, la pista en principio es algo mala luego mejora y en una media hora, nos deja directamente en la puerta de los restos del monasterio altomedieval que perteneció a San Juan de la Peña y que según un documento de 1.036 fue fundado por Sancho III el Mayor, lo cual resta credibilidad al paso del Grial en el siglo VIII. No obstante, como dice Enrique, “que la verdad no te joda una buena historia”.
En cambio, en algún documento se recoge como cierta la estancia del cuerpo de San Indalecio durante tres días en este monasterio, mientras preparaban la solemne recepción de la reliquias por el rey Sancho Ramírez en San Juan de la Peña para la festividad del jueves Santo de 1.084.
Cualquiera que sea la verdad, el paraje y el arranque de la pequeña ermita contiene encanto suficiente para que haya merecido la pena la visita.
El Santo Grial no se, pero nuestro pequeño grialito sí que ha estado en Santa María de Ballarán.
Este desvio tiene su propio track
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