Capitel dedicado a Sixto II y a San Lorenzo (Lonja chica Catedral de Jaca)

Etapa 03 - Del mirador del Salto del Roldan a Gésera (Marzo 2015)

Tercera etapa de un viaje de leyenda, estamos ya en la Sierra. Al noroeste se divisa el Pico del Águila, a nuestra derecha queda el Pico Mediodía y un poco más al norte Gabardiella, la eterna enamorada de Guara.



Aquí el tiempo apenas ha dejado huella en el paisaje, así es fácil viajar en él para situarnos en el entorno del siglo VIII e imaginar una comitiva profusamente jerarquizada y encabezada por un prelado arcaico envuelto en pesados ropajes polvorientos y montado tal vez en una mula mientras otros cuadrúpedos, cargan con los enseres del grupo, que salió de una debilitada ciudad de Osca buscando la protección de las montañas y de los hombres que la habitan.


Junto al mirador, una señal indica el camino al dolmen de Belsué. Bajamos hacia el paco de la Pinosa y volvemos a subir hasta alcanzar la terraza donde se encuentra el megalito. Una gran losa de piedra caliza se apoya por uno de sus lados directamente en el suelo y a su alrededor los macizos de bucho salpicados con alguna que otra carrasca, conforman un entorno dulce y fácil de andar. Desde ahí, siguiendo hacia el norte, bajamos poco a poco hasta el lecho del Flúmen. Recorriendo todo el tracto de los dos embalses que intentan muy malamente recoger las aguas de ese rio.



Cruzamos la presa de Belsué y por senda, nos acercamos a Lúsera. Poco ha avanzado la recuperación de este lugar aunque la iglesia afortunadamente ha sido restaurada.





Al noreste sale la deliciosa senda de Ibirque, es fácil hacer fotos del paisaje, pero es imposible contar, como el murmullo del agua crece y crece extendiendo por su cauce movimiento, color y vida. Cruzamos varias surgencias que en este momento, a punto de entrar la primavera, van engrosando un barranco o tal vez más de uno.


Tras subir cerca de trescientos metros de desnivel llegamos al plano en que se encuentra Ibirque. Lugar despoblado en torno a los años cincuenta o sesenta del pasado siglo. Con iglesia de origen románico y hechura entre los siglos XVII y XVIII, dedicada a San Martín de Tours.




Recorriendo el entorno de este lugar resulta extraño que se haya deshabitado porque tiene muy buenos campos y lo rodean dos hermosos barrancos. Cerca de Ibirque, pasa una pista que recorre longitudinalmente la Sierra de Belarra, comienza en el alto de Monrepós y termina en Cuello Bail, en el camino de Nocito. Junto a ella, otro megalito señala como en el neolítico, el hombre ya habitaba estas tierras y en ellas era sepultado. 



Han pasado ya algunas horas desde que salimos del Salto de Roldán pero aún quedan hasta Gésera más de seis kilómetros en los que subiremos algo mas y luego descenderemos unos quinientos metros, así que vamos a descansar un poco, disfrutando de la vista de la cara norte de Guara, el cuello de Petreñales, Corcurezo y la cuerda hasta Frachinito.


Una vez en el alto, la vegetación apenas nos permite adivinar todo lo que hay que bajar. Poco a poco iremos viendo aparecer el valle, cuando por fin podamos ver la Guarguera en toda su extensión, apreciaremos como estamos entrando en la montaña, el lugar que estamos buscando. El mismo que buscaron los hombres que llevaban entre su equipaje un precioso vaso sagrado que querían poner a salvo como un símbolo de su propia salvación y solo me atrevo a afirmar una evidencia irrefutable, el paisaje que pudieron contemplar es el mismo que desde este lugar estamos viendo nosotros hoy en 2.015.



Mientras estas elucubraciones pasan por mi mente. Bajando, bajando, con los pies doloridos de tanto bajar, llegamos a Gésera. Pequeño pueblo con tres o cuatro casas restauradas y dos barrios. En el de abajo está la pequeña iglesia, adosada a casa Tejedor, un hermoso edificio a cuyos pies se extiende una gran losa. En cuyas entrañas fueron excavadas, en un pasado remoto más de una decena de tumbas antropomorfas que hoy bajo nuestros pies aparentan un enorme queso de gruyere.


No es el único lugar de la comarca con este tipo de nichos, en el pueblo de Lasieso, también en Nocito junto al Monasterio de San Urbez y próximo a Ibirque los podemos encontrar, tal y como nos cuentan en su blog los amigos de “la campana de Uesca”.


Estos pequeños datos apoyan la presencia de una comunidad o aldea en torno a los siglos IX o X y en definitiva, que los caminos que andamos, ya mucho antes los han andado hombres y mujeres que forman parte de esta tierra. Y porque no un obispo y su sequito.



La próxima etapa será emocionante, nos aproximamos a la primera sede oscense en que descansó por un tiempo el Santo Grial, llevamos unos días diseñando el mejor recorrido para atravesar la sierra de Portiello y llegar a Ballibasa.....

El track de la ruta 
http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=9083120
 

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