El Santuario de Loreto es el punto de partida de este recorrido.
El lugar cumple todos los requisitos para que en época de dominación romana pudiera haberse situado una finca o fundo de uso agrícola con su correspondiente villa. En ella habría tenido su domicilio la familia de Laurencio. Aunque no hay ninguna evidencia que lo indique, en los alrededores, se han encontrado algunos pequeños restos de cerámica.
En estos momentos se encuentra en una triste situación de abandono que continuamente los ciudadanos estamos denunciando y sería muy deseable obtener el apoyo de las instituciones para si no mejorar, por lo menos detener su visible deterioro.
Una concurrida pista une este lugar con la ciudad de Huesca.
A medio camino, se encuentra el monolito en el que según la tradición, Paciencia, esperaba a sus hijos gemelos Orencio y Lorenzo cuando volvían de la escuela. Un copioso montón de piedras señalan el lugar. Y con permiso de mi querido amigo José Miguel Navarro, me permito reproducir aquí un texto suyo lleno de sabiduría y encanto.
Gracias maestro.
Esta foto es antigua, en la actualidad, presenta un aspecto (que me niego a reproducir) de túmulo funerario adornado con horribles ramos de flores del chino. Sin duda, alguna mente privilegiada ha preferido borrar esa raíz viva de cultura milenaria gracias a la cual el hito ha pervivido en su lugar. Vamos a confiar en la innata sabiduría del ser humano para que vuelva a su estado anterior.
Llegamos a la ciudad y atravesando el barrio del Ensanche, subimos hasta el centro antiguo donde se encuentra la iglesia de San Pedro el viejo, punto final de esta etapa.
El lugar cumple todos los requisitos para que en época de dominación romana pudiera haberse situado una finca o fundo de uso agrícola con su correspondiente villa. En ella habría tenido su domicilio la familia de Laurencio. Aunque no hay ninguna evidencia que lo indique, en los alrededores, se han encontrado algunos pequeños restos de cerámica.
En estos momentos se encuentra en una triste situación de abandono que continuamente los ciudadanos estamos denunciando y sería muy deseable obtener el apoyo de las instituciones para si no mejorar, por lo menos detener su visible deterioro.
Una concurrida pista une este lugar con la ciudad de Huesca.
A medio camino, se encuentra el monolito en el que según la tradición, Paciencia, esperaba a sus hijos gemelos Orencio y Lorenzo cuando volvían de la escuela. Un copioso montón de piedras señalan el lugar. Y con permiso de mi querido amigo José Miguel Navarro, me permito reproducir aquí un texto suyo lleno de sabiduría y encanto.
"En época romana, los cruces de caminos se consideraban
moradas de los espíritus de los difuntos, donde habitaban los dioses manes. Se
tenía la creencia de que estos dioses reclamaban de forma continua almas para
apaciguar su ánimo, por lo que el viajero que atravesaba estos lugares
estratégicos corría serio peligro de contraer una enfermedad mortal o sufrir un
accidente que diese con su muerte. Para evitarlo, se podía sacrificar un animal
o entregar una piedra, pues ambas cosas estaban
provistas de almas con el mismo valor y significación. El peregrino aportaba su
piedra al montón, con objeto de garantizarse cierta protección en la travesía,
a modo de ofrenda a los dioses."
Gracias maestro.
Esta foto es antigua, en la actualidad, presenta un aspecto (que me niego a reproducir) de túmulo funerario adornado con horribles ramos de flores del chino. Sin duda, alguna mente privilegiada ha preferido borrar esa raíz viva de cultura milenaria gracias a la cual el hito ha pervivido en su lugar. Vamos a confiar en la innata sabiduría del ser humano para que vuelva a su estado anterior.
Llegamos a la ciudad y atravesando el barrio del Ensanche, subimos hasta el centro antiguo donde se encuentra la iglesia de San Pedro el viejo, punto final de esta etapa.
El track de este pequeño recorrido, esta en:
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